domingo, 29 de agosto de 2010

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº10



Mundo Relieve: braille más allá de las diferencias

Verde, amarillo, rojo y, con su baile, el semáforo nos indica qué, cómo o cuándo. ¿Y si no podemos percibir colores? Ya sabremos ser. Vienen al ruedo los demás sentidos. Las diferencias a veces quedan complicadas en un mundo predeterminado, pero casi siempre (toquemos madera) hay quien lo nota y se produce la inclusión en un mundo para el cual muchas cuestiones voluntariamente quedan tapadas, ocultas. Para (a la inversa de lo anterior) quienes involuntariamente no pueden ver hay una gran opción: Mundo Relieve, una revista exclusivamente hecha en braille (excepto por su cubierta), ante la cual quienes podemos ver quedamos ciegos: páginas y páginas blancas con puntitos. Un lenguaje diferente, un proyecto único, cuyos artículos diversos, destinados a personas ciegas entre 7 y 14 años, abordan distintas cuestiones como las culturales, ambientales, lúdicas, sin dejar de lado el aspecto estético.
En diálogo con su director y creador, Martín Casal (orgullosamente madrynense), nos cuenta que Mundo Relieve “nació como una necesidad de publicaciones Braille; en todo Sudamérica hay una gran escasez de material Braille y la idea principal es lograr una gran red inclusiva de información para las sociedades de personas ciegas”. Es necesario destacar que la revista Mundo relieve es en este momento la única publicación en braille para niñas/os ciegas/os de Argentina, y una de las pocas de América Latina. Su director remarcó que la misma “tiene salida bimestral y se distribuye gratuitamente vía correo en instituciones vinculadas a la discapacidad visual como escuelas, bibliotecas, centros culturales, organizaciones sociales, entre otras”.
Martín llegó un día a la Biblioteca Argentina para Ciegos sin saber cómo leían y escribían las personas ciegas. Tocó timbre, lo atendió una persona ciega y preguntó: “¿acá en esta biblioteca hay algún área de voluntariado?” Allí empezó y luego conoció la imprenta y quedó fascinado. “Ahí nomás comencé a aprender el Braille” cuenta Martín, luego le ofrecieron trabajo y llegó a coordinar la imprenta de la biblioteca. Desde adentro se palpan las necesidades: había carencia de material Braille en Latinoamérica y su maestro le dijo: “vos tenés que hacer una revista para niños”. Él no está más pero dejó su marca en Martín, quien comenzó su propio proyecto editorial: “un día me levante y me di cuenta cuál era el camino que había elegido... se llamaba Mundo Relieve”
El camino independiente es difícil y no abundan las subvenciones, pero poco a poco la huella se hace. Mundo Relieve cuenta hoy con el aval de la ULAC (unión latinoamericana de ciegos). Además, en noviembre del 2009 fue aprobado el proyecto de “Declaración de Interés Nacional de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación” de la revista Mundo relieve y nuevamente ahora, en el mes de agosto de este año, fue "Declarada de Interés Nacional", esta vez por el Senado de la Nación.
La propuesta de inclusión social que trae la revista no concluye en su difusión y lectura, el equipo de Mundo Relieve ha participado de diversos eventos sociales y culturales, tales como ferias del libro a nivel nacional y provincial, desarrollando talleres y jornadas en donde presentan su trabajo y relatan sus experiencias acerca de la accesibilidad de los medios de comunicación y el Braille.
Esta revista no sólo por su esencia misma, la de hallarse completamente escrita en braille, resulta inclusiva, sino que además Mundo Relieve es una publicación de distribución gratuita: aquella institución que desee obtener un ejemplar, simplemente lo solicita* y correo argentino la distribuye sin costo alguno, por lo cual la inclusión se completa definitivamente en un proyecto que crece para perderse de vista.

* para solicitar suscripción: revistamundorelieve@gmail.com

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 26

sábado, 28 de agosto de 2010

¿soberanía alimentaria?

pachamama se machuca


Una salida a la crisis: Reconstruir las economías alimentarias nacionales

Para corregir la crisis actual, La Vía Campesina cree que los países deberían dar prioridad en sus presupuestos a ayudar a los consumidores más pobres para que puedan acceder a suficiente comida. Mientras tanto, deberían dar más importancia a la producción doméstica de alimentos para dejar de ser tan dependientes del mercado mundial.
Sí que necesitamos una producción de alimentos más intensiva, pero intensiva en cuanto al trabajo y al uso sostenible de los recursos naturales. Hay que desarrollar sistemas de producción diferentes, sistemas que no estén enfocados exclusivamente en los cultivos principales como el maíz, la soja, el arroz y el trigo, sino que integren los alimentos locales que han sido olvidados desde la revolución verde… Las familias de pequeños agricultores pueden producir una gran variedad de alimentos que garanticen una dieta equilibrada y algunos excedentes para los mercados. ¡Es una protección contra el hambre!
Los precios del mercado interno deben estabilizarse en un nivel razonable para los campesinos y consumidores. Para que los campesinos puedan recibir precios que cubran los costes de producción y aseguren unos ingresos dignos y para los consumidores, para que estén protegidos de los precios altos. Hay que potenciar la venta directa de los/las campesinos/as y pequeños agricultores a los consumidores. El señor Jacques Diouf, secretario general de FAO, ha afirmado que los países en vías de desarrollo deben poder llegar a la autosuficiencia alimentaria. (…)
Por lo tanto, la tierra debería distribuirse de forma igualitaria a las personas sin tierra y a las familias de los/las campesinos/as mediante una genuina reforma agraria y de la tierra. Esta debería incluir el control y el acceso al agua, las semillas, créditos y tecnología apropiada. Debe permitirse a las personas producir de nuevo su propio alimento y sustentar a sus propias comunidades. Hay que impedir que arrebaten y desalojen las tierras y que se expandan las tierras dedicadas a la agricultura de los grandes agro-negocios. Se necesitan medidas inmediatas para apoyar a los pequeños agriculturas y campesinos/as a aumentar su producción agro-ecológica de alimentos.
Los gobiernos nacionales no deben repetir el error de promover que las grandes compañías agrícolas inviertan en unidades de producción masiva de alimentos. Según la FAO, los países de la antigua URSS planean abrir sus tierras a las compañías de agro-negocios para producir comida en la tierra que actualmente no se cultiva. Esto puede convertirse en otro error si se presenta como una solución a la crisis de los alimentos.

Por Vía Campesina
http://www.viacampesina.org/sp/index.php?option=com_content&task=view&id=507&Itemid=38

martes, 17 de agosto de 2010

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº9

Hay quienes dicen que en lo malo hay algo bueno y resulta optimista, descompresor. Las recetas económicas neoliberales adoptadas (importadas) durante la década de los ’90 impuso más que un modelo económico en el país, impuso modelos de personas que eran lo que consumían y torció la idea: ‘si querés ser feliz, consumí; si querés ser más feliz, consumí más’. Así la sociedad perdió su entidad: lo social se desvanecía, arrastrando con ella valores tan fundamentales como la solidaridad y el respeto por la dignidad y se imponía en ese lugar lo individual, el egoísmo, lo material.
Luego vimos que nos engañaron, que las fórmulas económicas no tenían nada que ver con Argentina, pero el daño estaba más arraigado en el aspecto social. Y la necesidad fue mucha y la gente se organizó. Comenzaron los clubes de trueque en las sociedades de fomento y en las asociaciones barriales: había que cubrir los huecos dejados por el estado en su omisión premeditada.
Las clásicas ferias ‘industria argentina’ comenzaron a resignificar lo olvidado: el colectivo social y su potencial creativo y transformador. A través de estos mecanismos sociales se lograba no sólo la satisfacción de necesidades materiales, sino también el fortalecimiento de un tejido social desgastado.
La herida fue sanando de adentro hacia fuera, se reinstaló la solidaridad y se criticó el despilfarro.
Así, las ferias fueron el salvataje para la sociedad que la sociedad misma generó para no perderse en el espejismo neoliberal. Y adherimos a la idea del brasilero José Maurício Domingues: “la creatividad social (…) realiza siempre su trabajo”1
1. Domíngues, José Maurício. La modernidad contemporánea en América Latina. Bs. As. Siglo Veintiuno Editores, 2009

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 25 

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº8

“Ved en trono a la noble igualdad”

El himno nacional que cantamos desde pequeños/as y que probablemente este año se cante más a menudo (ya sea por el bicentenario o por el mundial de fútbol), es una obra bellísima, deliciosa, ¿digerible? ¿internalizable?
¿El grito sagrado fue escuchado, comprendido, resuelto? ¿finalmente se rompieron las cadenas?
Igualdad, libertad, son principios que debieran regir la vida de cualquier pueblo que se denomine a sí mismo como democrático, entendiendo también que cada democracia es una experiencia única e irrepetible en tiempo y espacio, que debe respetar y responder a las características singulares de cada grupo social y que tiene el deber de resultar integrador y no excluyente de sus miembros.
El pasado día 1º de abril, la ciudad de Puerto Madryn fue visitada por Adolfo Pérez Esquivel, quien nos brindó la oportunidad, paradójicamente, de encontrarnos con hermanas y hermanos de las comunidades mapuche-tehuelche de nuestra región.
La mencionada visita respondió a una convocatoria del foro ambiental y social de la Patagonia, en función de reafirmar nuestro derecho de decir no a la megaminería y luego, en consecuencia, se transitaron inquietudes vitales para cualquier pueblo que desee vivir según los principios mencionados al comienzo.
Las palabras de Jorge Pilquiman resultan representativas del sentimiento de la comunidad mapuche-tehuelche, miembro de nuestra democracia y partícipe de las notas del himno nacional.
Jorge siente que hay una constante violación de los derechos humanos, que sufren desalojos y de manera reiterada “levantan” comunidades enteras. Pero también siente que hay esperanza y que resulta hoy necesario hablar con las palabras de la tierra: integración, sentirse parte de la tierra, hermanos con los otros… y que también hay una responsabilidad en la defensa de esa tierra, necesidad de una participación activa. Jorge siente que hoy no hay una democracia real y participativa, inclusiva, que los tenga en cuenta de verdad. El cree que la unión debe darse a través de la multiculturalidad y la participación, cree que es necesario hermanarse, respetarse, integrarse…
Jorge proclama (y reclama) esa noble igualdad, aguarda con esperanza que el grito sagrado de los pueblos originarios sea escuchado, anhela que finalmente se logren romper las pesadas cadenas.

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 24

lunes, 16 de agosto de 2010

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº7

Consumidores críticos


Mientras convivamos dentro de una economía de “libre mercado” vamos a decidir día a día el destino de nuestra sociedad más que votando, comprando. Qué boleta elegimos para poner en la urna de nuestro sistema debería también estar sustentada por una ideología.
Si compro pan Bimbo en Carrefour o le compro a la panadería barrial debe ser ante todo una decisión ideológica.
Ahora, la cuestión es cómo compatibilizar esto con el precio, la practicidad, la desinformación sobre la calidad, sobre los efectos en el ambiente, en la sociedad o en nuestro organismo.
Para empezar proponemos:
Siempre que se pueda comprar a un comercio local y/o familiar es mejor que a una cadena, por el sólo hecho que el reparto de las ganancias será siempre más equitativo y el movimiento del dinero se hará en el entorno y no será parte de especulaciones o grandes riquezas, además la atención es más humana.
Dentro del comercio ya, evitar comprar a las multinacionales, las razones son muchas, pero una de ellas es que se fomenta la dependencia con los países ricos del norte, se los enriquece aún más y desmotiva la industria local. Otra importantísima es que una cuantiosa parte del capital va al mundo de las finanzas, cuyo interés es generar más ganancias, lo que provoca mayor presión contra el Estado (contra leyes que regulen al capital o a las empresas, por ejemplo), contra los trabajadores (trabajo indigno o flexibilización) y contra el ambiente (presión para evitar leyes que prohíban la megaminería a cielo abierto, por ejemplo).
Para esto necesitamos conocer cuáles marcas son propiedad de empresas multinacionales. Mientras lo averiguamos, una buena manera es evitar, o al menos desconfiar, de productos que hacen publicidad en los inescrupulosos canales privados de televisión “nacionales” (porteños), ya que estos viven de esas empresas – que suelen ser multinacionales (Unilever, Danone, Colgate, las de autos, las de telefonía, etc.)- y por lo tanto habrá intereses creados.
Tal vez podamos ejercitar nuestra ideología en esto de la balanza y ver qué es lo que priorizamos al elegir: ¿lo natural sobre lo industrial, la fuente de trabajo nacional o no, el origen del producto, las condiciones sociales de la producción, lo que queda en el camino cuando esto llega a la góndola, el respaldo a un modelo de país, nuestros gustos, nuestras preferencias,  nuestra comodidad, nuestro bolsillo, nosotros o los demás?

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 23 

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº6

“Estamos condenados a ser libres” dijo Sartre, y es posible que así transcurramos, encerradas/os en nuestras libertades, individuales o colectivas, intentando elegir entre diferentes opciones, contando seguramente con más de una posibilidad aunque probablemente no seamos concientes de todas ellas.
A veces nos encerramos en un producto, porque nos satisface, por costumbre, porque no hay otro que lo reemplace. Otras veces nos habituamos a ir a un lugar determinado y nos cerramos a otras alternativas convirtiéndolo en salida de rutina. Otras, nos acostumbramos a un discurso, nos encerramos en él, nos dejamos convencer, nos reconstruimos en esas palabras. Acá elegimos detenernos: los medios de comunicación de la actualidad y su perversa función de propaganda y atrofización de pensamiento crítico a través de la concentración de los mismos en unos pocos.
Si creemos en la diversidad y en su legitimación a través de procesos democráticos de difusión de una pluralidad de voces no podemos permitir la cerrazón de los medios en la propiedad de unos pocos y en su manejo tendencioso a través de simples negocios. Tampoco podemos circunscribir la comunicación a una mera empresa, ya que establecer un proceso de comunicación debería tener ante todo un cimiento ético que comprenda el respeto y la inclusión. Discriminar así es cerrar puertas, callar voces, tapar oídos, vendar ojos.. ya tuvimos demasiado de todo eso como para seguir permitiendo que suceda, ya sea por interés, por negligencia, por connivencia o por desinterés también.
¿Qué sucede cuando las supuestas distintas opciones son lo mismo porque pertenecen a los mismos dueños? Esto presupone un monopolio o un oligopolio en el mejor de los casos. Mejor no equivale a bueno.
La universalización, la pluralidad, la diversidad o como se quiera nombrar, son las opciones a las que la naturaleza humana también (y por suerte) nos condena, pero asimismo se constituye en un derecho-deber, imprescindible para cualquier sistema llamado democrático, ya que esas palabras también son los valores o principios que subyacen a este tipo de sistema de gobierno que es a la vez una forma de vida, la que elegimos.
Sería conveniente, y ciudadanamente responsable, que el debate de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no quede circunscripto a las ciudades que cobijan a los grandes medios de comunicación sino que se desarrolle a nivel nacional, reinterpretando ‘lo nacional’ como también lo indica el vocablo: las individualidades que coexisten en la totalidad del territorio de la Nación.
Esta nueva Ley debería conducirnos también a una mayor transparencia u objetividad, a que como consumidores tengamos más información sobre determinadas empresas que hoy en día tienden a callarse ante la posibilidad de perder clientes en los espacios de publicidad. A saber quién nos dice qué cosa y si lo hace por algún interés propio y, un poco más allá, cuál es ese interés. A percibir diferentes puntos de vista sobre un mismo tema que nos ayuden a desarrollar una visión crítica pero propia. A quedar finalmente condenados a elegir entre alternativas reales y no a una única posibilidad disfrazada de pluralidad y diversidad.

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 22 

domingo, 15 de agosto de 2010

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº5

¿Qué es vivir bien?

Comparemos dos usos: uno proveniente del aymará, suma qamaña, traducido generalmente como “buen vivir”, y otro del francés bon vivant, usado por estos pagos como “la buena vida”. Si por “buena vida” en el occidente europeizado se entiende pasarla bien, gozar de los placeres del confort, viajar, tomarnos un buen vinito rodeados de la alta tecnología (un buen auto, home cinema, etc.), entre los pueblos andinos es un tanto distinto: “buen vivir” es la plenitud de la vida, el bienestar social, económico y político que los pueblos anhelan, es además contemplación, meditación e intercambio con las comunidades de los espíritus, humanos, animales y plantas, considerándose la identidad cultural, el enraizamiento físico, mental y espiritual del hombre-mujer en su terruño con igual importancia que la base material de la vida.
En íntima relación a esto, en el último Foro Social Mundial, la declaración de los pueblos indígenas originarios recitaba: “Los Pueblos Indígenas Originarios practicamos y proponemos: la unidad entre Madre Tierra, sociedad y cultura. Criar a la madre tierra y dejarse criar por ella”. Para ello, entre otras cosas, promueven la centralidad de la agricultura familiar y de la soberanía alimentaria.
Soberanía alimentaria (un concepto difundido por el movimiento internacional Vía Campesina), es intentar que en cada región del mundo la alimentación esté cubierta por la producción local: en vez de producir soja para los chancho chinos y europeos, y tener que importar frutas y verduras, deberíamos como nación proporcionarnos primero la alimentación para todas y todos. No sólo eso, en vez de que en Chubut se fomente la pesca o la cereza para exportación (que genera sobreexplotación de mares, uso de agroquímicos, y con su transporte implica contaminación, gasto de recursos energéticos, etc.), deberíamos promover la agricultura, ganadería y pesca para el consumo local. Y más, Madryn como comunidad alejada de las zonas de producción agrícola debería plantearse algo que hacen varias ciudades del mundo, la promoción de la agricultura urbana.
¿Podemos llegar a una vida buena generalizada alejando nuestra cultura de aquello que le da el nombre, el cultivo? ¿Podemos tapar con edificios y asfalto la tierra hasta el punto de no relacionarnos para nada con ella? Las enormes ciudades en todas partes del mundo son la imagen de esas personas que han levantado el pulgar para contaminar nuestros ríos, suelos y cielos porque jamás sintieron a su lado a la pachamama.

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 21 

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº4

1. La lógica del libre mercado cortó herencias, el impulso por colocar nuevos productos en nuestras casas, arremetió con las técnicas y costumbres de nuestros abuelos. Knorr intenta hundir al “caldito de la abuela”, y el puré de papas (algo fácil de hacer y económico) lucha para no quedar hecho polvo por el puré instantáneo. Ni hablar de las pastas caseras, ya no se hacen en la casa (aunque por suerte persisten las fábricas de pastas artesanales) y los tucos, que el más esmerado compra la lata de tomate perita, mientras una serie de salsas exóticas ya preparadas en su cajita de tetra brik, lo acosan diciéndole “no seas salame, el tiempo es para disfrutarlo, no para cocinar”. El tiempo es para disfrutarlo… ¿Qué significa? Cocinar ¿no es un tiempo que se disfruta?
2. En las casas, y más aún en los departamentos y duplex, ya no viven muchas personas, y la familia para la que disfrutamos cocinando mientras los chicos juegan al lado y la bisabuela te charla, se reduce a un gato o un televisor de fondo. Cocinar comida elaborada para una/o que vive sola/o, o estando sola/o porque la única hija está en alguna de sus tantas actividades y la pareja, si aún continúa conviviendo está dada vuelta de trabajo, y además comerá rápido para salir de nuevo, la verdad tiene poco que ver con nuestra vida contemporánea (y mucho que añorar de las herencias pasadas).
3. El mensaje que dice “simplificar nuestra vida” no equivale a decir que seremos más felices o, sin tantas aspiraciones, que disfrutaremos más momentos de nuestro tiempo ‘libre’. Y en el uso de esa libertad, a la que nos puede acercar nuestro tiempo de ocio, antes parecía más fácil encontrar un buen libro y disfrutar de una realidad paralela elegida por nosotras/os, en el momento y lugares justos… qué gran ejercicio de libertad extraviado en esa maraña de herencias olvidadas, atrapado hoy en redes informáticas entre tantos avisos publicitarios y links relacionados que nos vamos desviando más y más hasta que nuestra atención se queda en otro lugar, no exactamente elegido por nosotros.
Es que no perdimos sólo el placer que nos da el libro (o la cocina), con eso se va también un poquito de nuestra libertad, el elegir eso y no otra cosa, el relajarnos porque lo buscamos sin “cambiar de caballo en la mitad del río”, aún cuando tengamos la posibilidad de navegar a lo ancho de la moderna tecnología... Seguimos siendo animales terrestres que necesitamos levantar la cabeza y respirar largamente para no perecer en el intento de vivir y disfrutar, de ser libres y responsables de nuestra libertad, de asumir a su vez la responsabilidad de la herencia que vamos a dejar, de mirar a nuestras hijas e hijos y decir: esto es sólo una posibilidad, antes hubo más.

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 20 

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº3

¿Por qué se dejan llevar algunas/os adolescentes? Música, fútbol, todo ello con “sponsor oficial” y marcas… el mercado se alimenta de sus pasiones y el círculo se va cerrando, pero cada vez es más grande, cada vez hay más productos totemizados, y el grupo (que es a través de lo cual conforman su identidad), se define por lo que consume. El mercado es para ellas/os objeto de deseo y el deseo se va construyendo por medio de publicidades. ¿Cuál es el límite? El de muchas/os jóvenes, su poder adquisitivo, el del mercado, el mismo. Si la rebeldía es signo de juventud, ¿por qué se dejan arrear por la vorágine del consumo? El engaño funciona. Ellas/os creen. Ese también es un signo de adolescencia. Y las creencias, la fe, la pasión se despojan de lo racional y hacen su camino. Llenas/os de inestabilidades y miedos adolescentes, van buscando seguridades materiales, reafirmaciones identitarias estéticas, visibles, contundentes. Ser únicas/os pero aceptadas/os, ser originales pero verse reflejados. El camino del miedo se hace largo en los pocos años que dura la adolescencia, por eso en grupo se debe pasar un poco mejor. Tal vez simplemente se trate de com-partir, con-tener, com-pasión; tal vez sólo sea un ejercicio de elongación social: romper con las resistencias, con los límites establecidos por quienes ya perdieron buena parte de su pasión; tal vez el objeto de deseo esté un poco más lejos de lo que muestra el televisor..

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 19 

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº2

Sentidos

Hay camaleones que engañan nuestros sentidos para salvar sus vidas, bichos que parecen ramitas, pájaros que imitan ruidos. Hay gaseosas de pomelo, con gusto a pomelo, pero que no tienen pomelo, galletitas que nunca vieron el cacao pero son de chocolate, engañan a nuestra boca para que nos sintamos contentos. Dientes que brillan en paquetes de pasta dentífrica, que no son dientes, son dibujos. Jingles, esas cancioncitas, con frases que alguien dice sobre un producto, las oímos como si viniera de alguien, pero nadie las diría nunca sinceramente. Personajes famosos que dicen comer yogures todos los días, que tienen su piel o su pelo así gracias a tal crema o shampoo (vemos su piel y está suave en el televisor). Autos amplios gracias a que existe el gran angular, modelos sin arrugas (o con granos borrados con la compu), actores (su profesión es engañar los sentidos del espectador para que crea que siente profundamente angustia o felicidad), efectos especiales para poder repetir quince veces una toma y que el hielo de la cerveza no se derrita, empresas como la multinacional suiza Firmenich que se dedica a hacer sabores, no siempre a partir del producto que trata de imitar… En el mercado “la cirugía estética” pretende borrar las huellas del tiempo, el origen y el proceso de producción. Un lindo producto, en un lindo envase, con una linda publicidad marea nuestros sentidos pero todavía tenemos algunas verdulerías en donde nos dejan ver, tocar, oler, y hasta degustar alguna cereza.

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 18 

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº1

Consumiéndonos un poco la croqueta

Dicen que yerba mala nunca muere. Nos vestimos de gauchos para los cruceros y les brindamos un 2 x 4 para la foto mientras en el agua las pesqueras extranjeras vacían nuestro golfo y sólo podemos comprar pescado fresco extraído de manera artesanal y a precio justo tres días al año en semana santa… hagámonos una gauchadita, no le demos la espalda a nuestro mar. De tal palo, ¿tal astilla? Recreemos nuestra identidad como comunidad costera, revaloricemos nuestros recursos en su totalidad y, mientras esperás que se cocinen el asado y los mariscos, tomá mate.
Podríamos traer algunas ideas que quizás nos sirvan para que en nuestra comunidad podamos crear caminos locales de consumo, y así lo que demos tenga también una vuelta y el círculo se cierre un poco más cerca. Se habla de consumo “responsable”, “crítico”, “ético”, “defensa del consumidor”, “comercio justo”, “responsabilidad social empresaria”, o bien de “consumismo”, “materialismo”, “sociedad de consumo”…
Acá planteamos la primer inquietud: como consumidoras/es, ¿somos pasivas/os o ejercemos nuestro deber-derecho de cambiar el mundo para el lado en el que creemos?
En este espacio, revista a revista, el Changuito crítico propondrá andar con-sumo cuidado entre góndolas, ideologías y otras yerbas.


Por: Pachamama se machuca
Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 17