lunes, 16 de agosto de 2010

EL CHANGUITO CRÍTICO Nº7

Consumidores críticos


Mientras convivamos dentro de una economía de “libre mercado” vamos a decidir día a día el destino de nuestra sociedad más que votando, comprando. Qué boleta elegimos para poner en la urna de nuestro sistema debería también estar sustentada por una ideología.
Si compro pan Bimbo en Carrefour o le compro a la panadería barrial debe ser ante todo una decisión ideológica.
Ahora, la cuestión es cómo compatibilizar esto con el precio, la practicidad, la desinformación sobre la calidad, sobre los efectos en el ambiente, en la sociedad o en nuestro organismo.
Para empezar proponemos:
Siempre que se pueda comprar a un comercio local y/o familiar es mejor que a una cadena, por el sólo hecho que el reparto de las ganancias será siempre más equitativo y el movimiento del dinero se hará en el entorno y no será parte de especulaciones o grandes riquezas, además la atención es más humana.
Dentro del comercio ya, evitar comprar a las multinacionales, las razones son muchas, pero una de ellas es que se fomenta la dependencia con los países ricos del norte, se los enriquece aún más y desmotiva la industria local. Otra importantísima es que una cuantiosa parte del capital va al mundo de las finanzas, cuyo interés es generar más ganancias, lo que provoca mayor presión contra el Estado (contra leyes que regulen al capital o a las empresas, por ejemplo), contra los trabajadores (trabajo indigno o flexibilización) y contra el ambiente (presión para evitar leyes que prohíban la megaminería a cielo abierto, por ejemplo).
Para esto necesitamos conocer cuáles marcas son propiedad de empresas multinacionales. Mientras lo averiguamos, una buena manera es evitar, o al menos desconfiar, de productos que hacen publicidad en los inescrupulosos canales privados de televisión “nacionales” (porteños), ya que estos viven de esas empresas – que suelen ser multinacionales (Unilever, Danone, Colgate, las de autos, las de telefonía, etc.)- y por lo tanto habrá intereses creados.
Tal vez podamos ejercitar nuestra ideología en esto de la balanza y ver qué es lo que priorizamos al elegir: ¿lo natural sobre lo industrial, la fuente de trabajo nacional o no, el origen del producto, las condiciones sociales de la producción, lo que queda en el camino cuando esto llega a la góndola, el respaldo a un modelo de país, nuestros gustos, nuestras preferencias,  nuestra comodidad, nuestro bolsillo, nosotros o los demás?

Por: Pachamama se machuca
 Publicado originalmente en Revista Darse Vuelta nº 23 

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