¿Por qué se dejan llevar algunas/os adolescentes? Música, fútbol, todo ello con “sponsor oficial” y marcas… el mercado se alimenta de sus pasiones y el círculo se va cerrando, pero cada vez es más grande, cada vez hay más productos totemizados, y el grupo (que es a través de lo cual conforman su identidad), se define por lo que consume. El mercado es para ellas/os objeto de deseo y el deseo se va construyendo por medio de publicidades. ¿Cuál es el límite? El de muchas/os jóvenes, su poder adquisitivo, el del mercado, el mismo. Si la rebeldía es signo de juventud, ¿por qué se dejan arrear por la vorágine del consumo? El engaño funciona. Ellas/os creen. Ese también es un signo de adolescencia. Y las creencias, la fe, la pasión se despojan de lo racional y hacen su camino. Llenas/os de inestabilidades y miedos adolescentes, van buscando seguridades materiales, reafirmaciones identitarias estéticas, visibles, contundentes. Ser únicas/os pero aceptadas/os, ser originales pero verse reflejados. El camino del miedo se hace largo en los pocos años que dura la adolescencia, por eso en grupo se debe pasar un poco mejor. Tal vez simplemente se trate de com-partir, con-tener, com-pasión; tal vez sólo sea un ejercicio de elongación social: romper con las resistencias, con los límites establecidos por quienes ya perdieron buena parte de su pasión; tal vez el objeto de deseo esté un poco más lejos de lo que muestra el televisor..
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